miércoles, 28 de junio de 2017

  • Situación 1: Falta de motivación hacia la lectura.



Dentro de la sala de clases existen evidentes diferencias entre los estudiantes de un segundo año básico en cuanto al avance a la lectura que cada uno posee. Se destacan dos niñas que leen perfectamente y se encuentran en un nivel sobresaliente en comparación al resto de sus compañeros, pero hay muchos otros que realmente están en una situación de cuidado en cuanto a su avance lector.

Después de tomar la estrategia de velocidad lectora, se pudo evidenciar claramente que el curso está en el nivel lento dentro de la escala de apreciación, lo que genera un conflicto para todo el desarrollo de su proceso de enseñanza -  aprendizaje. El profesor jefe, que es quien imparte la mayor parte de las asignaturas del curso y entre ellas, lenguaje, utiliza diversas estrategias para motivar a sus alumnos a acercarse a la lectura, en clases evita la rutinización de sus actividades, no utiliza en exceso las guías, sino más bien, incorpora la tecnología, por ejemplo proyectando con el data, karaoke para que los estudiantes canten siguiendo la letra de canciones infantiles, o temas de baja complejidad.

Dentro de la sala de clases el docente motiva a sus estudiantes, recalcando que deben practicar en sus hogares cada vez que sea necesario, y para esto, le manda textos que deben reforzar, los que posteriormente serán tomados en aula. Sin embargo, al ser un establecimiento vulnerable, hay una clara dejación o despreocupación por parte de los padres y/o apoderados en brindarles el apoyo necesario a sus hijos.

Este es un pilar fundamental, que lamentablemente está débil, lo que causa que los educandos no puedan trabajar ni reforzar la lectura en casa, al no lograr esto, al momento de enfrentar una evaluación se frustran porque no pueden hacerlo de manera satisfactoria, lo que culmina en que no quieran leer, y no se interesen por intentarlo nuevamente, lo que causa el bajo nivel observado del curso.

Actores:

-Docente: Utiliza diversas estrategias para que sus estudiantes puedan acercarse y motivarse por la lectura.
-Estudiantes: Muestran un bajo nivel lector, lo que causa la desmotivación e interés por leer.
-Padres y/o apoderados: deberían mostrarse más comprometidos por ayudas a sus hijos en su proceso de aprendizaje.

Análisis de lo observado:

Dentro de la situación descrita anteriormente, se observa un claro desinterés por parte de los educandos hacia la lectura, causado por la frustración que les lleva el no poder leer de manera correcta cada vez que se les asigna esa tarea. Si bien el docente motiva al curso y utiliza diferentes estrategias para lograr su cometido y no se queda en lo tradicional, el déficit que se observa no es disminuido.

Primeramente hay que saber qué significa leer y que factores son los que inciden en esta gran tarea. Una de las principales autoras en hablar de este tema, es Solé, I. (S.F)  quien plantea que “Leer, más que oralizar, más que decir el texto, es construir un significado personal para la información que vehicula. Dicho significado está enraizado en el texto, pero no se deduce necesariamente de éste”.

Es importante saber que cada lector es diferente en función de lo que lee, ya que cada uno busca un texto dependiendo de sus necesidades. Un tema que está directamente ligado a la motivación hacia la lectura es la comprensión, y los conocimientos previos cobran gran relevancia en esto, ya que son muy importantes para poder generar un aprendizaje significativo, puesto que, mientras más saberes existan, más fácilmente se podrá comprender y profundizar el texto.

Un pilar fundamental para lograr comprender y motivarse por la lectura, es el sentido que se le da al texto, y los conocimientos previos impactan, puesto que es difícil darle sentido a lo que no se sabe. La comprensión se relaciona de manera directa al sentido, ya que, si el texto  es poco llamativo para el estudiante,  al leerlo solo lo podrá analizar de manera superficial, no que no ayuda bajo ningún aspecto a la motivación hacia la lectura.

Otra de las estrategias para fomentar el interés por los textos, es incluir el juego en este proceso, y una de las autoras más nombradas que habla sobre esto es  Condemarín, M. (1998), p.(13)  quien plantea que:

“Los juegos constituyen un factor central para el buen desarrollo intelectual, motor y afectivo del niño. Son su vía natural de expresión. Los juegos le permiten explorar y entender el mundo que los rodea a través de su imaginación, de su fantasía y de todos sus sentidos y les proporcionan los medios para expresar sus acciones, sentimientos e ideas”.


Condemarín menciona una serie de enunciados hacia la lectura  los que ayudan a entender de manera simplificada el cómo actuar frente al proceso lector. Entre estos se encuentran que el docente debe estar altera de cuáles son los intereses de sus alumnos para poder entregarles el material que pueda satisfacer su lectura. Menciona también que se debe dar tiempo al educando para que experimente con la estrategia el juego para que pueda desarrollar su creatividad. 

La autora hace mención a que no se debe exponer a los estudiantes a temas que no llamen su atención ni acelerar las etapas del proceso de lectura de los estudiantes, para las que no está completamente preparado.

Es importante respetar los diferentes tiempos y formas de aprender que existen dentro del grupo curso, teniendo en cuenta el poco apoyo que tienen los menores en sus hogares, sin embargo, ese apoyo puede fomentarse si se les explica a los padres y/o apoderados que no es necesario realizar grandes tareas para ayudar a acercar a sus hijos a la lectura, si no, que con pequeñas acciones se puede fomentar esa motivación e interés, por ejemplo leyéndoles todas las noches un cuento o noticia o información sobre su dibujo animado favorito, buscar temas de interés del menor para llamar su atención y hacerle saber que leyendo puede informarse y acercarse mucho más a las cosas que le agradan.

No siempre es obligatorio hacerlos leer textos extensos y sin imágenes, sino que existen otros métodos, uno de estos son los textos multimodales, que incluyen comics, chistes, adivinanzas, recetas e incluso las instrucciones de sus juegos favoritos. Leer no es solo estar frente a un texto escolar y leerlo por obligación, sino que acercarse a un texto por interés propio, lo que generará la motivación.

Conclusión.

Para evitar la frustración de los estudiantes al no poder realizar una tarea relacionada a la lectura, es importante utilizar el refuerzo positivo, es decir, no centrarse en el error, sino más bien recordarle que es capaz de efectuar todo lo que él se proponga, que no hay límite de oportunidades y que habrán otras instancias donde pueda demostrar su potencial.

Es fundamental que padres, apoderados y docentes no utilicen la lectura como un castigo, porque eso coarta las posibilidades de acercar a los menores hacia el mundo de los textos, y su motivación por leer disminuye rotundamente, ya que solo lo relacionan con algo malo. También se debe evitar hacerlos leer por obligación textos que no se afianzan con sus intereses, sino que darle una variedad de opciones y así ellos eligen el camino que desean seguir.

Es importante tener en cuenta que cada estudiante en la sala de clases es un mundo diferente, por ende dentro de un mismo grupo hay muchas formas y ritmos distintos de aprender, lo que obliga al docente a utilizar estrategias variadas para así poder atender a cada una de las necesidades que se presenten en aula.

Referencias:

Solé, I. (S.F). Motivación y lectura. Universidad de Barcelona. Extraído de: http://www.cepalcala.org/upload/novedades/archivo_noticia_19_10_09_01_48_26.pdf.


Condemarín, M. (1998).  Jugar y leer. Buenos Aires, Argentina. Editorial del Nuevo Extremo S.A.

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